PLANTAR UN SEMILLERO

       El tiempo de crecimiento de algunos cultivos como tomates, pimientos, berengenas, etc, puede oscilar entre los 5,  6 o más meses, lo que excede el periodo en el  que hay ciertas garantías de que no se producirán heladas, por este motivo, estas plantas han de iniciar su crecimiento en semilleros u hoyas, a salvo de las bajas temperaturas de marzo, abril e incluso la primera quincena de mayo.
   El buen hortelano llegado el día del Ángel  (1 de marzo) tiene ya preparado un espacio de uno o dos metros cuadrados, con sustrato de buena calidad (puede ser mantillo recogido en encinares viejos al que llamamos  hojarasquín) y alrededor del cual prepara una estructura que le permita cubrirlo con un plástico u otro material trasparente pero aislante creando un rudimentario invernadero que resguarde las diminutas plantas  del rigor primaveral.
      Otra solución es plantar las semillas en bandejas, como las de la imagen, lo que permite llevarlas de un sitio a otro, pudiendo colocarlas en terrazas o balcones acristalados  que orientados al sur adelantarán su crecimiento.



   A la hora de plantar la semilla es conveniente darles una superficie a cada una de unos 4 o 5 centímetros cuadrados y si para asegurar la germinación se colocan más cercanas, después es recomendable "entresacarlas"  (arrancar algunas  para que, eliminada la competencia, las que quedan se fortalezcan)
   Las diminutas semillas apenas se cubrirán con una capa de  3 o 4 milímetros de mantillo o estiercol, este último si es posible "de cuadra" osea excrementos de caballo, burro o mula, aunque de estos últimos lamentablemente, serán difíciles de conseguir.
  También se podrían plantar en briks de leche o zumo a los que se les corta una cara del ortoedro y así además reutilizamos. En cualquier caso tanto si se plantan en el suelo, en bandejas o briks, es importante a medida que se van desarrollando ir " recalzando" es decir añadiendo tierra al tronco de las plantas a medida que van creciendo, con el fin de facilitar el enraizamiento de  las mismas ya que en el trasplante al lugar definitivo será básico que tengan un buen desarrollo de la raíz  para que prosperen.

    Respecto a la temperatura lo ideal es que, sobre todo en los días previos a llevarlas a su ubicación definitiva,  estén a temperaturas  y condiciones parecidas a las que tendrán en su nuevo terreno, pues a veces la exposición directa al sol las marchita o incluso las seca y lo mismo temperaturas bastante más bajas que las del invernadero.
    Lógicamente tenemos la posibilidad de adquirirlas en el mercado pero, a mi juicio, las variedades que encontramos son más comerciales y aunque el aspecto, sobre todo de tomates, es mas atractivo y menos perecedero  que las variedades  que antaño se cultivaban, estas aunque dan menos rendimiento son preferibles porque su sabor sigue siendo auténtico.



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